domingo, 18 de abril de 2010

El mar


Voluminosos y bastos mares...

caramelo chorrea desde el cielo,

es nuestro astro que nos vigila,

es esa esfera que nos corona.

Nubes altaneras nos abrigan,

de un universo desolador,

bello como no hay otro,

infinito en extensión.

Arena blanda bajo nuestros pies,

cercioran nuestra presencia con sus huellas,

que la ola en la orilla,

va borrando con vaivenes.

Su espuma blanca,

acariciando mis pies,

envolviendo la piel,

dulce no, salada,

mantequilla, suave es.

Y las olas salpican,

las olas que juegan,

la prole del mar,

quien primera fue soberbia,

te persiguen como niñas,

luego se esconden,

Y mientras yo observo,

el sol, el cielo, el mar...

éste cura mis heridas,

es ese viejo sabio,

perseverante.

Entonces yo,

coso verso y letra,

sirviéndome del mar y su belleza.

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